miércoles, 24 de octubre de 2012

Magia En El Aire

LA CUARTA HISTORIA QUE OS VOY A CONTAR...


Agradecida. Así me siento yo cada vez que dejo alguna pequeña historia en mi blog y posteriormente alguna personita me dice que ha leído mis palabras. 
Gracias a todos los que empleáis vuestro tiempo en leer mis historias, espero que realmente os emocionéis con ellas.
Y sin más preámbulos, voy a contaros como surgió la buena idea de crear esta historia, la que os voy a dejar hoy aquí.

Todo comenzó una semana antes de las navidades pasadas. Mi profesora de literatura nos pidió como deberes de clase, que creásemos una historia libremente pero con una condición. El tema que debíamos tratar en ella no iba a ser otro que... La Navidad. 
Curiosamente, nos dejó de plazo para entregarla hasta después de las fiestas. 
Tuve mucho tiempo para pensar, para tomar notas, romper borradores, buscar ideas... Pero  ninguna propuesta me parecía lo suficientemente buena para crear un cuento y lucirme así como así delante de la profesora. Sabía perfectamente que esa idea original y creativa todavía no había llegado a mi cabeza. Me pasé muchos días frente a la pantalla del ordenador con una taza de café en la mano sin escribir ni media línea. ¡Eso no podía estar pasándome a mí!

Finalmente, una noche escuchando música en mi escritorio, llegó la inspiración. Me costó tres días escribir la idea, pero al fin y al cabo valió la pena. Este cuento lo considero como una de las mejores creaciones iniciales que he hecho hasta el momento. 
Cuando lo presenté, agradó mucho a la gente que lo leyó. 
Ojalá en vosotros cause el mismo efecto, disfrutarlo.


                  MAGIA EN EL AIRE  



Aquella tarde Margot estaba muy inquieta. Estaba sentada en la butaca del salón de su colegio moviendo la pierna nerviosamente. El salón era muy grande y acogedor. La calidez de la habitación empapaba a cualquier persona que se encontrase allí sentada. En la gran chimenea central abundaban los troncos de madera y la chispa de la llama no obtenía gran volumen respecto a los troncos. La habitación tenía poca iluminación, así que abundaban las sombras donde solo se podía apreciar un sofá en la pared izquierda de la habitación, en medio de ella una mesa de madera, en la pared del fondo el butacón donde se encontraba Margot y en la pared derecha se situaba la chimenea y un árbol de navidad.



Nerviosa, volvió a examinar el reloj de su muñeca. Eran las ocho de la tarde del día 24 de diciembre. Miró a la puerta del salón con la esperanza de encontrarles allí pero no, no habían venido. Margot decepcionada pensó en lo peor. Ellos se lo prometieron. Le prometieron este año llevarla a casa y pasar las Navidades juntos, en familia. Pero no era el primer año que le hacían esta promesa y luego no la cumplían. Sus padres estaban separados desde solo hacía tres años, sin embargo a ella le parecía mucho más tiempo del real. Se podían ver, se hablaban… aunque la mayoría del tiempo era una situación tensa y un poco violenta para ellos dos si Margot no se metía en la conversación. Ellos se lo prometieron, que aunque estuviesen separados pasarían las Navidades juntos. Se lo prometieron hace tres años, desde las primeras navidades que ya no vivían juntos. Siempre, cuando quedaba menos de una semana su madre o su padre llamaban para venderle una escusa barata del porqué no irían a recogerla para irse a Cergy. Pero esta vez la habían dejado en el colegio… La habían dejado plantada el día de Nochebuena… eso era intolerable. 
De repente, su móvil sonó con la música de “Everlife”. ¡Eran ellos! Rápidamente sacó del bolsillo de su chaqueta el teléfono y contestó al segundo:
-       ¿Si? ¿Quién es? –preguntó esperanzada-.
-       ¡Hola princesa! –le saludó su padre a pesar de que la calidad del sonido era nefasta-.
-       ¡Papá! ¿Qué tal? Ya estaba empezando a preocuparme por si no ibas a venir… ¿Qué se ha retrasado el avión desde España?
-       Princesa…Lo siento mucho, pero es que el hijo de Jessica, Prince se ha puesto muy malo y lo hemos tenido que llevar al hospital a que lo viese el médico. Hemos perdido el avión porque de camino perdimos de vista a Lea y la hemos tenido que buscar, pero no te preocupes, la hemos encontrado.
-       Papá, me lo prometiste. Me dijiste que pasaríamos las navidades mamá, tú y yo. Jessica estaba excluida del plan. Ella se iba a ir con Prince y Lea a ver a su familia de Estados Unidos. Encima por su culpa pierdes el avión.-Dijo Margot rabiosa pero con un punto de tristeza-.
-       Margot, ellos no tienen la culpa ni Jessica tampoco, es solo cuestión de mala suerte. Te prometo que cuando podamos cogeremos el avión e iremos hacia París.
-       Para cuando te venga bien ya se habrán terminado los billetes y también la Navidad.
Margot colgó el teléfono con rabia, bajó la tapa del móvil y la volvió a levantar para llamar a su madre:
-       ¿Sí? ¿Margot? –preguntó la dulce voz de su madre-.
-       Mamá, ¿Te has enterado de lo de papá? Es de vergüenza que nos haga esto. Vergüenza tendría que darle también a su novia, Jessica que es muy mala madre. Mira que no saber cuidar a su hijo Prince… y encima perder a su hija Lea… eso es todo lo que le importan sus hijos… ¡Un pimiento! –Dijo apresuradamente-.
-       Cielo, ya sé que este imprevisto no entraba en nuestros planes y sé que George no ha inventado esa escusa para no ir a por ti a París. Hace unos minutos me llamó Jessica para informarme, y lo peor de todo es que a mí también se me han complicado las cosas para acudir a recogerte. Se han cancelado muchos vuelos desde Londres a París, Alemania y España incluido el mío, por las fuertes nevadas.
-       ¿Entonces voy a pasar las navidades aquí en el colegio sola?
-       ¡No cariño! Iré en cuanto consiga un vuelo pero hasta mañana no tendré ninguna posibilidad. Llamé a los Bourque-Gillete, nuestros vecinos. Estarán llegando a recogerte. Quédate con ellos hasta que yo o George vayamos a por ti.
-       Vale mamá. Cuídate y feliz Nochebuena.
Margot colgó y guardó el móvil en su bolsillo. Pasaría las navidades con sus vecinos. Era lo peor que se podía esperar para aquella Nochebuena.
Los Bourque-Gillete la recogieron a las nueve. Después de cuarenta minutos de coche y un largo silencio llegaron a Cergy, el pueblo donde vivía Margot desde que tenía tres años. Cuando el Señor Bourque descargó sus maletas, Margot subió a la habitación de invitados por las escaleras. Dejó los baúles en el suelo y se tumbo en la cama. A las diez de la noche, la Señora Gillete subió a la habitación donde se encontraba Margot y le dejó en una bandeja un plato con un trozo de pavo, un trozo de tarta y un vaso de agua. Margot cenó y se metió en la cama. Dio vueltas, primero a la derecha y luego a la izquierda hasta que se quedó dormida.
Al día siguiente se despertó y se acordó de porqué estaba en casa de sus vecinos. Cogió la bandeja de la cena y bajó a la cocina a dejarla encima del banco. Luego, se fue al salón y se sentó en el gran sofá central. Se fijó en la estantería que estaba encima del televisor. Había una nota que llevaba su nombre. Se levantó despacio, cautelosamente, la cogió y la leyó. Los Bourque-Gillete, le informaban de que habían salido de casa para hacer las compras y que volverían sobre la hora de comer. De repente llamaron a la puerta. Ella corrió al recibidor y abrió la puerta para ver quién era.
Una chica alta y esbelta se tiró encima de ella y la abrazó con fuerza. Era una chica de cabellos largos, rizados y dorados. Tenía los ojos verdes oliva y unos labios rosados. Llevaba puesto un abrigo blanco de pelaje suave y unas botas de caña alta de color marrón. No podía ser otra chica, era su prima Lorraine.
Lorraine era una prima hermana de Margot que vivía en Cergy. Tenía un año más que Margot y no se veían mucho porque Margot se pasaba todo el año estudiando en París. Solo se pasaba por Cergy cuando eran vacaciones.
-       ¡Lora! ¡Qué sorpresa! ¿Qué haces aquí? ¡Creía que estabas pasando las navidades en Argentina!
-       Pues creías mal, eso fue el año pasado primita. Me he enterado de que George y Grace no han podido venir aquí a pasar las navidades contigo. Lo siento mucho, Margot. Sé lo que te apetecía volver a estar los tres juntos.
-       Ya… Pero me parece que esos momentos que pasábamos toda la familia junta mis padres, nuestros primos, nuestros tíos… Cantando villancicos, viendo la tele juntos… no volverán.
-       Lo sé y por eso, para que no estés sola el día de Navidad, he hablado con tus vecinos y me han dado permiso para que vengas a mi casa a comer.
-       ¿Si? Pues entonces acepto la invitación encantada, Lora. Venga vamos a tu casa. –Dijo Margot cerrando la puerta-.  
-       Espera, antes de que nos vayamos quiero darte mi regalo de Navidad para ti, Margot.
-       No hacía falta que comprases nada, Lorraine. Eres demasiado generosa.
-       Toma, Margot. Feliz Navidad.-Dijo su prima entregándole un pequeño sobre con un lazo de color naranja-.
Margot abrió el sobre delicadamente para no romper el contenido. No era dinero. Lo abrió y pegó un chillido:
-       ¡AAAAAAHHHH! ¡Son dos entradas para el concierto de “Everlife” en París! Muchas gracias, Lora, Enserio.
-       Sabía que te encantarían y compensarían la falta de George y Grace.
-       No Lora, te equivocas. No hay regalo en el mundo que pueda reemplazar la ausencia de mis padres. La Navidad no se basa en regalos, se basa en estar con la familia. Preferiría no recibir regalos y estar con toda mi familia. Es mas, soy más feliz con el hecho que hayas venido a por  mí que con el hecho de que me hayas regalado entradas para el concierto de mi grupo favorito en París.
-       Margot, aunque el aire grite que ellos no están, aunque te sientas culpable por no poderles haber dicho todo lo que les querías decir, tienes que darles las gracias por todo lo que has vivido con ellos y por haber intentado venir a estar junto a ti.
-       Lo sé. Este amor tan grande se quedó conmigo.
-       Margot, tienes que ser fuerte. Déjame decirte que la vida es dura y quiero que sepas que aquí estás conmigo aunque el cruel destino haya pagado mal. Y si las distancias con los sueños se te hacen más cortas por estar con ellos sueña, dedícate a soñar. Hoy quiero decirte que olvidarte es imposible, ni yo ni tus padres te olvidaremos nunca. Ellos viven aquí contigo, porque una parte de ese amor esta dentro de ti. Tengo la certeza que estás con ellos y el tiempo nunca os va separar. Contémplales y diles que los extrañas, ábreles el corazón con ese canto, porque así no te verán con los ojos, te verán con el corazón.
Margot no pudo contener las lágrimas de la emoción, sabía que su prima tenía razón. Aunque sus padres no estuviesen en persona con ella, los llevaba en su espíritu. Cogió a su prima por la mano y las dos corrieron hacia la casa de Lora. Abrieron la puerta y se encontraron a todos sus tíos y primos cantando canciones de Navidad y abriendo regalos. Margot sonreía, sonreía con cara de felicidad, aquella sonrisa que tenía en la cara cuando apenas era un bebé. Aquel, era su hogar. El aire de la casa era especial, con aroma a turrón. Ella sabía que había algo especial en el viento, sabía que había magia en el aire.

                                             FIN

jueves, 18 de octubre de 2012

Carta De Confesiones

EL TERCER RELATO QUE OS VOY A DEJAR EN EL BLOG...


Queridos escasos lectores, tras estar varios días buscando cual sería mi próxima publicación en "Historias Nunca Contadas", he encontrado este relato tan sentimental. Me he pasado muchos ratos calentándome la cabeza para redactar nuevas creaciones pero, estos días no he estado muy creativa. Tengo una idea muy buena almacenada en mi imaginación pero todavía no he encontrado el modo ni el momento de plasmarla en papel. Así que en busca de ideas, acudí a mis antiguas agendas escolares. En ellas, se encuentran muchas frases y pensamientos que he ido recogiendo a lo largo de estos años. 
Ojeando y pasando páginas de la agenda más antigua que conservo, encontré una curiosa carta\mensaje que escribí hace aproximadamente dos años. Me llamó la atención y me puse a leerla inmediatamente. Era una carta muy emotiva que escribí a una persona que fue muy importante para mí en su momento y que ya no tiene ningún papel en mi vida. Esa carta la escribí para hacerle entender a esa persona lo que pensaba y sentía. Como una despedida a tanto tiempo vivido con ella.
Finalmente, no tuve el valor de mandársela y nunca llegó a leerla (menos mal), pero cumplí mi objetivo: Borrarle del Mapa. Para haceros llegar esta carta, he cambiado cosas, corregido errores, suprimido fragmentos y retocado parágrafos. De Manera que ahora esta mucho más bonita que la original. 

Espero que os guste, porque es la primera vez que voy abrir las puertas de mi pasado para mostraros cosas que nadie ha leído... Allá Vamos.   




            CARTA DE CONFESIONES

Estoy decidida a tomar esta drástica medida. Para mí esto es súper difícil, no te haces una idea de cuanto. 

Sé que me voy a arrepentir, seguramente más pronto de lo que me espero. Con esta confesión estoy dándote todas las pruebas que necesitas para destruirme. Esta carta puede hundirme moralmente y socialmente pero, tengo que admitir que esta situación para mí tocó límite. No aguanto más. Llevo mucho tiempo así. Aunque mi orgullo ahora esté por los suelos y tenga rondando por mi cabeza ideas agitantes que me dificultan escribir esto, me dicen que me calle, Hoy voy a intentar expresarme lo mejor que pueda.
Ufff... Casi seguro que sabes todo lo que pienso. Seguramente será porque soy muy transparente o excesivamente inocente.

El caso es que por mucho que intenté olvidarte y todavía continúe intentándolo no lo consigo. Me pasé horas, días, meses... Intentando no mirarte, intentando no hablarte, evitándote por los pasillos, cambiando mi rutina... Todo para olvidarte. Pero por mucho que me he esforzado no he podido evitar quererte. 

Dime que hacemos con esta situación, cariño. Lamentablemente, he llegado a la conclusión de que estar contigo me hace mal y no me lleva a ninguna parte. Y luego llegan esos estúpidos buenos recuerdos invadiéndome por dentro que realmente me desconciertan. Es una pena que esto no funcione, enserio. Hay demasiadas cosas negativas en esta relación tan nociva y contaminante.

Primeramente empecemos hablando por tus amigos, esos energúmenos que me odian y me critican. Lo cierto es que no me conocen, sólo se basan en mi aspecto físico y en mi forma de vestir. Pues lo siento muchísimo, ya sé que soy imperfecta. Intento dar lo mejor de mí y sacar partido a mis cualidades, intento ser lo mejor que puedo como persona. A mí tampoco me gustan tus amiguitos sin embargo, yo no pierdo el tiempo como ellos, hablando de la gente sin conocerla. Verdaderamente lamento muchísimo pelearme contigo constantemente por esto.

El segundo punto que quiero tocar es la dedicación a mis estudios.Como todo ser humano yo tengo unos proyectos y unas metas que quiero intentar cumplir. Es cierto, estudio bastante, no te lo voy a negar. En un futuro no muy lejano tendré que sacar hacia adelante una casa y pagar gastos personales. Quiero en un futuro levantarme por las mañanas y saber que ese día comeré y será ejerciendo la profesión que a mi me guste. Por eso estudio, por el simple hecho de que anhelo hacer algo que me llene en esta vida.

Tercera cuestión: Mentirme y hacerme pasar sufrimientos que no son necesarios.
Necesitar mi atención no implica a que te dediques a inventarte historias sobre nuestra relación cogiendo ese ingrediente tan poco recomendable denominado celos. Sabes que me haces daño, sabes perfectamente que tengo muy poca autoestima y mucha desconfianza. Cuando quieres lo utilizas en mi contra para que te demuestre todo lo que puedo llegar a sentir por ti. Me haces mucho daño y atacas una vez más mi fragilidad. 

Pero te lo tengo que decir así, descaradamente:
Cuando te veo tengo que mirar para otro lado, me pones excesivamente nerviosa. Cuando hablo de ti, me quedo sonriendo como una tonta. Cuando estamos peleados, me acuerdo de nuestros buenos momentos. Últimamente discuto con todo el mundo, no puedo casi dormir, en las clases no presto atención y apenas tengo ganas de hablar con alguien que no seas tú. No hay día que no piense en ti. 

Sinceramente me planteo constantemente si me he vuelto loca. ¿Cómo puedo sentir todo esto por ti, si sufro tanto con esta relación? No eres bueno para mí. Y lo sabes. No es nada serio, pero actuamos como si lo fuese. ¿Es esto lo que hace nuestra relación tan tóxica? No sé bien porqué hemos llegado a esta situación, me gustaría saberlo. 

Ahora creo que lo más sensato por mi parte es esperar a que leas esto y actúes. Sí todo este tiempo esto ha sido un juego por tu parte para hacerme mal, con esta carta ya puedes venderme a los que me odian y destrozarme. Yo solo quería que supieses la verdad de lo que pienso sobre ti y nuestra peculiar relación. Tal vez tu egoísmo y orgullo no te deje ver el contenido real de esta carta. No sería la primera vez que estos dos defectos tuyos no te dejan ver las cosas con claridad. Ya no quiero recuperar los momentos que vivimos.

Te quiero, pero no quiero continuar sufriendo ni padeciendo. No quiero una relación así de contaminante. Aunque en mitad de la noche caiga, caiga en la desesperación al ver que ya no estás a mi lado. No sabes cuanto me dolerá eso, pero no hay otra alternativa más sana. Aunque en mitad de la noche me venga hacia abajo porque todavía sigo teniéndote en mi corazón. No me importa ni el tiempo que cueste ni que las estaciones sean muy largas, seguro que algún día te borrarás de mi mapa.

Sé que no nos dijimos adiós, sé que no nos despedimos. Pero sabías perfectamente que este día en algún momento iba a llegar: Lo más triste de todo es que no nos dijimos adiós cuando lo deberíamos haber hecho. Ahora mediante esta carta de confesiones me despido. Tal y como están las cosas, no sería capaz de hacerlo en persona. No me busques, no me llames ni intentes ponerte en contacto conmigo. No lo conseguirás.

Necesito tiempo, tiempo para olvidar todo.
Gracias por todo ese tiempo que compartimos y hasta siempre.

                       Firmado:
          
                  La chica del ayer.

lunes, 15 de octubre de 2012

Empezar Desde Cero

LA SEGUNDA HISTORIA QUE OS VOY A CONTAR...

Quiero dar las gracias a aquellas personas que desde algún lugar de la Tierra estáis leyendo esto, por remoto que sea ese lugar. 

La siguiente historia que os voy a contar, la escribí hace casi ya dos años. Esta historia tiene mucho que contar. Originalmente nació porque buscaba dos nuevos personajes para el roll en el que me encontraba yo en aquella época. A partir de esta idea primitiva, más tarde se me ocurrió añadir más personajes dentro del juego pero, por mi apretada agenda y el poco tiempo del que disponía en aquel entonces decidí dejar el roll. Posteriormente, al aburrirme extremadamente en clase, empecé a escribir una larga historia en la que aparecían los 7 personajes principales que había creado para el roll y que utilicé un tiempo. 

Aquella historia que empecé a trabajar en las clases me absorbía. Mi compañera de mesa, se pasaba las clases leyendo lo que yo redactaba y me cubría con los profesores. Esto no molestó para nada a mis estudios ya que yo estudiaba igual aunque no atendiese en clase. Al terminar el curso, yo dejé de escribir y únicamente di el paso de pasar el principio de la historia al Word. Para mi sorpresa, a principios de este verano, encontré aquellos borradores que hice entre carpetas almacenadas en mi estantería. Leí todo lo que compuse y todavía me seguía pareciendo una gran historia a pesar del gran tiempo trascurrido sin continuarla. Casualmente, aquellos días me encontraba muy creativa e inspirada. Decidí que esa historia no tenía que morir sin ser acabada. Así que empecé a sacar creatividad de todos lados y cambié algunas cosas de la historia, incluyendo el principio original que escribí un año y medio atrás.
Lo que os voy a dejar hoy en el blog, es el principio original de la historia que a día de hoy se encuentra en proceso de creación con un principio alternativo a este. 
¿Quién no ha sido nuevo alguna vez? ¿Quién no ha vivido experiencias nuevas en un lugar desconocido?
Aquí os dejo con Empezar Desde Cero [ Título original, actualmente cambiado].



             EMPEZAR DESDE CERO

Para mi había sido un cambio muy radical mudarme a Springslife en pleno curso escolar. Las circunstancias que habían forzado esta situación eran la separación de mis padres de mutuo acuerdo, y el nuevo trabajo que había obtenido mi madre en una pequeña ciudad. Para mí, este cambio significaba tener que dejar mi vida social y a mis amigos de toda la infancia atrás, como un simple recuerdo de mi vida anterior. Lo que más me desagradaba era la lluvia, las cosas frías y oscuras no me gustaban. Para disgusto mío, aquella ciudad con los suficientes habitantes para llamarla así, era un charco. 




Me mudaba a un lugar donde casi todos los días estaban nublados y llovía constantemente. Íbamos en el coche de camino hacia allí. Mi madre fue la primera en romper el largo silencio de todo el viaje:

-       Chicos, solo nos quedan cinco minutos para llegar a nuestro nuevo hogar. – nos comenta emocionada a mi hermano y a mí-.
-       Tengo ganas de ver la nueva casa mamá, seguro que es más grande que la anterior. – digo fingiendo una mínima alegría para que mi madre no se sienta culpable de mi estado de ánimo-.
-       Seguro que os va a gustar, os lo aseguro. En la planta baja tiene el recibidor, un salón enorme, la cocina, un baño, la despensa, el comedor y mi despacho para trabajar en casa. En la planta de arriba están las habitaciones: la tuya Beth, la de Jack, la mía y dos para los invitados. Al fondo tiene un segundo baño.
-       Ojalá me guste mi habitación. –añado ilusionada-.

Yo había perdido demasiadas cosas de un día para otro, por lo tanto me iba a costar acostumbrarme a la nueva vida que iba a llevar a cabo. Para sorpresa mía, a mi hermano Jácker parecía no afectarle en absoluto, o al menos lo disimulaba bastante bien. Jácker es mi hermano mayor, tiene diecisiete años. A cualquiera que le dijésemos que éramos hermanos se echaba a reír debido a las nombrosas diferencias que nos distinguen. En un entorno coloquial le llamamos Jack. Él es muy alto, cabello moreno teñido en forma de cresta, ojos azules cristalinos y sonrisa traviesa incluso a veces, malévola. Es muy pálido y siempre va de negro. Tiene un carácter pasota y es muy independiente pero, me apoya incondicionalmente. Yo en cambio, tengo quince años. Me llamo Elisabeth, pero normalmente me acortan el nombre a Beth. Soy rubia natural, aunque desde hace un tiempo me tiño de rojo anaranjado. También uso lentillas y visto de colores alegres.

 Cuando me di cuenta, ya habíamos llegado a la nueva casa. Salimos del coche a toda prisa y cada uno abrió su paraguas. Cogimos algunas cajas que llevaba mi madre en el maletero del coche y las llevamos a dentro de la casa. Cuando entré por primera vez observé un ambiente cálido y hogareño en el salón. La casa tenía mucha luz a pesar de ser un día lluvioso, lo que le daba vida y alegría al compararla con el exterior.

-       Mamá, me gusta mucho la casa, más de lo que me esperaba, sinceramente. –digo sorprendida-.
-       Pasable en mi opinión –murmura Jack-.
-       Me alegro de que os guste, es de las más grandes que había disponibles por esta zona.-dice satisfecha-.
-       No es el palacio de Buckingham, pero sobreviviré.-dice Jack en tono burlón-.
-       Jack, todos los que te conocen saben que tú, con vivir en tu cubo de basura te conformas. –digo satisfecha de mi casi victoria asegurada-.
-   Si lo dices por mi habitación antigua hermanita, te aseguro que esta la cuidaré para que esté de limpia como los chorros del oro. –dice Jack haciéndome una pequeña reverencia-.
-       Eso espero Jack.- dice nuestra madre al dejar en el suelo una caja sin desembalar-.
-       Sinceramente no creo que sea capaz de mantenerla impecable más de un semana.-digo soltando una pequeña risita-.
-       Eso lo veremos pequeña.-dice Jack cerrando el tema de conversación-.
-       Bueno chicos, basta de tanta charla. Beth, Jack, id a vuestra habitación. Allí están las demás cajas. Poned orden en vuestras habitaciones y de aquí a unas horas pediré una pizza para cenar. –ordena nuestra madre-.
-       Vale, hasta de aquí a unas horas. –contesto despidiéndome de mi madre mientras Jack se marcha-.

Arreglamos varias habitaciones y cenamos pizza tranquilamente. Después de unos días, Jack y yo teníamos ya todos los libros y materiales necesarios para inscribirnos en el institutito. Yo iba a cursar cuarto de ESO y mi hermano iba a empezar primero de bachiller. Para nuestro pesar, el curso ya estaba a mitad. Esto suponía tener que ponerse al día en todas las asignaturas, tarea casi imposible si no eres un alumno muy aplicado. Nos inscribimos en el instituto Laine Secondary School, que casualmente lo habían abierto hace unas semanas a las afueras de la ciudad. Por lo tanto, nos sería más fácil empezar de cero al igual que todos los estudiantes de allí.
 Fuimos a la parada de autobús el día 19 de enero. Eran las ocho de la mañana, Jack y yo llevábamos las mochilas y libros necesarios para asistir a nuestro primer día de instituto en Sea Haven. Yo estaba muy nerviosa y le pregunté a Jácker:
-       Jack, ¿no estás nervioso?
-       No, Beth. ¿Por qué iba a estarlo?
-       ¡No conocemos a nadie! ¿Cómo vamos a ponernos al día con medio año de retraso? –digo preocupada-.
-       No te preocupes Beth, todo saldrá bien. Si necesitas mi ayuda estaré a tu lado, solo tienes que pedírmela. –dice con su sonrisa protectora-.
-       Siempre no podrás estar a mi lado, tú tienes tus clases y conocerás a gente, harás amigos… -le digo-.
-       Elisabeth, sé que piensas que no estaré contigo, pero no es cierto. Aunque una persona a la que quieres mucho no esté contigo, en realidad no te abandona nunca. La llevas siempre dentro de ti, forma una parte de tu ser. Esa parte es la que te da fuerzas para ser como eres. –me explica con la mirada perdida, como si recitase una poesía, cosa poco común en él-.
-       ¿Y cómo es que tu sabes eso? –pregunto con curiosidad-.
-       Beth, cuando una persona se siente sola o pierde a alguien, después del tormento que sufre, encuentra su apoyo y descubre que a esa persona la lleva dentro de sí misma siempre y para siempre. –me explica Jácker-.
-       Entonces… ¿Tú me llevarás siempre dentro, al igual que yo a ti? – pregunto curiosidad-. Jack nunca hablaba así. ¡Si apenas hablaba con alguien!
-       Claro que sí, eso nunca lo dudes Beth. –me dice con una sonrisa-.
En ese momento llega el autobús y los dos subimos las escaleras con cuidado. Cuando entré me senté en un sitio libre y me puse a reflexionar en las palabras sabias que había aprendido aquel día.

sábado, 13 de octubre de 2012

Un Lugar De Ensueño

LA PRIMERA HISTORIA QUE OS VOY A CONTAR


A las queridas escasas almas que andáis merodeando por mi blog:

Para abriros el apetito, os traigo una pequeña y breve historia antes no contada. Se encontraba deambulando por mi baúl, dentro de una vieja carpeta titulada:"Pequeños cuentos y sueños". Buscando y leyendo antiguos archivos de Word, encontré esta pequeña maravilla olvidada por mí. Este corto relato lo escribí  hace ya un poco más de tres años. Es un escrito un tanto infantil, ya que es un cuento para niños pequeños. Su creación surgió a partir de un sueño que tuve hace años y me impactó. El día que escribí el original me encontraba frente a una maestra de literatura que me exigía que escribiera una redacción en el mismo examen que estaba realizando en ese momento. Sin pensar y sin dudar me vino a la cabeza esta curiosa historia.
Tiempo después, esta maestra, me dio la oportunidad de publicar el cuento en un libro pero finalmente no lo hice. Este escrito no es de mis favoritos, entre otras cosas porque el original lo escribí cuando tenía 12 años y el pequeño cuento ha cambiado mucho hasta llegar a como está finalmente. Por eso tomad esta historia como los entremeses de un menú, porque los mejores platos están todavía por llegar. Aunque ya podéis ir haciendo boca con estos tentempiés. Espero que os guste.
PD: Dejarme algún comentario sobre que os ha parecido.


                    Un Lugar De Ensueño

En  mi  memoria  recuerdo  haber  soñado  con  cosas  de  fantasía  y  de  pura  magia.  Una  de  estas magníficas  historias,  nos  traslada  a  una  noche  de  verano.

 Me  voy  a  la  cama,  me  tapo  con  la  manta  y  cierro  los  ojos.  




A  las  doce  de  la  noche,  suenan  las  campanadas  y  un  caballo  blanco  alado  con  sus  plumas  finas  y  suaves  se  asoma  a  mi  ventana.  Me  despierto,  me  levanto  descalza  y  abro  la  ventana  sigilosamente.  Mi  instinto  de  aventurera  me  dice  que  suba  a  su  lomo,  le  susurro  al  oído  y  él  empieza  a  volar  ágilmente  como  una  pluma  y  me  lleva  a  un  lugar  desconocido,  muy  lejos  de  mi  casa,  un  lugar  que  la  ciencia  no  puede  explicar.  Un  lugar  mágico,  donde  reina  la  tranquilidad  y  el  descanso.  Un bosque  lleno  de  árboles  y  con  un  arroyo  escondido  entre  los  árboles. 


El  caballo  planea  y  aterriza  en  ese  lugar  y  me  hace  bajar.  Yo  admiro  el  paisaje  de  cuentos  de  hadas,  me  doy  un  paseo  y  me  pongo  a  explorar.  El  caballito  alado  bebe  agua  del  arroyo  a  sorbos  pequeños.  Descanso  sentada  debajo  de  un  pino,  pero  no  tengo  miedo  a  nada.
 Sé  que  está  aquí.  Mi  caballo  protector  está  aquí,  nadie  me  puede  tocar,  asustar  o  acercarse.  Luego,  me  levanto  y  lo  acaricio,  le  doy  una  fruta  que  cojo  de  un  manzano.  El  me  mira,  yo  le  miro,  y  se  deja  acariciar  con  sus  ojos  protectores.  Entre  nosotros  surge  un  vínculo  de  amistad.  Le  doy  una  manzana  y  se  la  come  a  mordiscos  pequeños.  


En  el  momento  menos  esperado,  una  sombra  se  ve  entre  los  árboles.  El  corazón  se  me  acelera.  Estaba  segura  que  había  algo  escondido  allí.  El  caballo  también  lo  nota.  Suelta  un  relincho.  Doy  un  paso  al  frente  pero  mi  amigo  me  lo  impide  poniéndose  por  delante  de  mí.  Le  digo  con  mis  palabras  que  se  aparte,  pero  él  se  niega.  Me  enfado  con  él  y  me  escabullo  por  su  lado  derecho  y  corro  sin  prudencia  hacia  el  peligro.  La  curiosidad  me  puede,  me  meto  entre  los  árboles  y  descubro  que  el  peligro  me  muerde  como  una  serpiente. 


 Fijo  la  vista  en  mi  tobillo  y  empiezo  a  ver  borroso.  Intento  descubrir  que  es  lo  que  me  provoca  tanto  dolor,  y  veo  borroso  que  un  lobo  me  muerde  el  tobillo.  Pierdo  el  conocimiento  y  cuando  lo  recupero  estoy  debajo  de  un  pino  y  veo  que  mi  caballo  protector  ha  ahuyentado  a  aquel  animal.  Yo  estoy  bien  gracias  a  él  y  a las  aguas  del  arroyo,  que  descubro  que  son  curativas.  El  caballo  me  mira  y  yo  le  doy  las  gracias.


Un  gran  reloj  invisible  empieza  a  sonar,  avisando  que  eran  las  tres  de  la  mañana  y  al  día  siguiente  tenía  colegio.  No  podía  permanecer  más  tiempo  en  el  bosque.  El  caballito  me  hace  subir  a  su  lomo,  y  decimos  adiós  al  lugar.  De  regreso  a  casa  vamos  volando  tranquilamente  por  el  camino.  Y  no   qué  pasa;  no  recuerdo  muy  bien.  Pero  me  despierto  al  llegar  a  la  ventana  de  mi  habitación.  Y  le  digo  adiós  al  caballo  sin  saber  si  lo  volveré  a  ver.  Y  el  hermoso  animal,  se  marcha  hacia  el  cielo  y  yo  me  meto  en  la  cama.  

Al  momento  caigo  en  un  sueño  profundo  y  me imagino  otras  aventuras  que  podrían  ocurrir  con  nuevo mi  amigo.         


                                          FIN